Golpe de calor en niños: ¿cómo actuar?
En verano pasamos más tiempo al aire libre y la temperatura es mayor, así que un golpe de calor en niños es bastante frecuente. Además, los bebés y los niños son más sensibles a los cambios de temperatura, lo que los convierte en más vulnerables, especialmente si tienen 4 años o menos. Por lo general, esto ocurre cuando pasan mucho tiempo expuestos al sol, frecuentemente en la playa o en excursiones. Sin embargo, también es posible que se produzca en días con sensación de bochorno, aunque no sean soleados.
¿Qué es un golpe de calor?
Empecemos por explicar qué es un golpe de calor. Consiste en una elevación excesiva de la temperatura corporal causada por una prolongada exposición a altas temperaturas, por no estar adecuadamente hidratados o por hacer ejercicio físico de intensidad. La alta humedad ambiental incrementa la posibilidad de sufrirlo. En estas situaciones es difícil para el organismo regular la temperatura y puede alcanzar, o superar, los 40 °C.
Esto sucede porque se elimina un exceso de agua y sales minerales con el sudor, lo que incapacita al cuerpo para seguir regulando la temperatura. Primero se produce la hipertermia, y después el golpe de calor. Como los niños pequeños tienen una menor reserva de agua, pueden sufrir antes un golpe de calor.
Cómo prevenir un golpe de calor en niños
Lo idóneo es prevenir los golpes de calor. Así que, si tienes pensado ir a la playa, al campo o a la montaña en verano, acostúmbrate a hacer lo siguiente:
- Llevad agua suficiente, especialmente si no la podéis comprar cerca. Dales de beber a los niños con frecuencia, aunque no te lo pidan. También pueden beber zumos o agua con sabores, pero las bebidas azucaradas no son recomendables. Si es un bebé lactante, dale el pecho.
- Si lleváis comidas o vais a comer en un restaurante, procura que sea comida ligera, fresca y rica en agua, como frutas, ensaladas, etc. Lo adecuado es que se puedan comer a temperatura ambiente.
- Bañaos siempre que podáis. Puede resultar divertido bañarse en un río y un arroyo.
- Procurad no hacer muchas actividades seguidas, haced una pausa entre una y otra. Así, el niño no realizará tanta actividad física intensa.
- Planead las actividades más tranquilas para las horas centrales del día.
- Al parar, buscad un sitio fresco y aireado. Por ejemplo, bajo un árbol, tras una roca, etc.
- Llevad ropa adecuada y ligera de tejidos naturales, como el algodón o el lino.
- Pasad el menor tiempo posible en el coche. Nunca dejes a los pequeños solos dentro del vehículo. En los viajes largos, conviene realizar varias paradas.
Reconocer un golpe de calor en niños y cómo actuar
Si el niño sufriera un golpe de calor o sospechas que puede tenerlo, es importante actuar rápidamente, ya que en el 10-30 % de los casos tiene consecuencias graves. Lo identificarás con estos síntomas:
- Piel caliente y seca, puesto que el menor ha agotado su reserva de calor.
- Piel enrojecida.
- Respiración y frecuencia cardíaca acelerada.
- Agotamiento, debilidad o cansancio.
- Deshidratación, que puede manifestarse con mucha sed.
- Náuseas, dolor de estómago o vómitos.
- Calambres musculares, que pueden terminar en convulsiones.
- Mareos, alteraciones del estado mental o desmayo.
- La temperatura corporal es de 39 °C o superior.
Si se trata de un golpe de calor, resulta prioritario actuar con premura:
- Llama a emergencias o llévalo a un centro de salud.
- Lleva al niño lo antes posible a un lugar fresco, si es posible con aire acondicionado.
- Quítale rápidamente la ropa y dale una ducha con agua fresca.
- Si está consciente, dale de beber agua.
- No le des medicamentos para la fiebre ni frotes su piel con alcohol.
Diferencia entre golpe de calor y agotamiento por calor
Sin embargo, es conveniente que diferencies el golpe de calor del agotamiento por calor. Este último cursa con:
- Mucha sudoración. La piel está húmeda a diferencia del golpe de calor.
- En el caso de los bebés, puede irritarse la piel a causa del calor en la zona del pañal, el cuello, las axilas, el pecho, o los pliegues del codo.
- Sensación de calor sofocante.
- Palidez, en contraste con el enrojecimiento del golpe de calor.
- Dolor de cabeza.
- Mareos, pero no tan graves como en el golpe de calor.
- Calambres musculares, pero sin llegar a convulsiones.
- Irritabilidad. En el caso de los más pequeños, puede manifestarse en forma de llanto incontrolado.
- La temperatura corporal no suele exceder de los 39 °C.
En ambos casos debes adoptar medidas. Si se trata de agotamiento por calor:
- Dale de beber con frecuencia a pequeños sorbos.
- Llévalo a un lugar fresco y bien ventilado.
- Retírale las prendas.
- Dale una ducha o baño en agua fresca.
- Procura que esté quieto y que descanse todo lo posible.
- Sería recomendable consultar con un pediatra, socorrista o centro de salud.
No olvides estas medidas preventivas y la forma de actuar si se produce un golpe de calor. Ahora en verano, cuando visites los mejores parques de Madrid para niños ten muy en cuenta las consecuencias de exponerse a altas temperaturas, y evita las horas centrales del día.
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